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El ejercicio democrático debe ser permanente. El sistema político-electoral ha encontrado en el voto la herramienta fundamental del ejercicio democrático.

El abstencionismo y la apatía son grandes enemigos de la democracia, por eso queremos una ciudadanía más informada y participativa.

El respeto al voto y a la voluntad de la mayoría, así como a las determinaciones de los órganos encargados de vigilar los procesos electorales, son requisitos indispensables en cualquier democracia.

A pesar de su gran importancia, el voto no es la única herramienta con la que cuentan los ciudadanos en la democracia. Es necesario ampliar las formas de participación ciudadana, por ello creemos que la sociedad civil debe exigir a las partidos políticos y a sus candidatos una mayor responsabilidad, siempre mediante la vía institucional; por eso proponemos la elaboración y firma de cartas por la democracia.

Concebimos al Estado mexicano como un Estado de Derecho, en el que prevalezca el respeto a los derechos fundamentales.

Postulamos que la democracia es el medio por el cual se expresa nuestra pluralidad, como una fortaleza social, respetando la decisión mayoritaria.

Los gobiernos son electos por las mayorías, pero están al servicio de todos. Por este motivo nadie debe ser excluido de la participación política, las inquietudes de todos deben ser escuchadas y los derechos de las minorías respetados.

La única forma de garantizar el respeto a los derechos de las minorías es a través de instituciones sólidas y de la prevalencia de un verdadero Estado de Derecho, por ello creemos que cualquier propuesta de actuar fuera de la ley y en contra de las instituciones atenta principalmente contra las minorías.

Sólo si los ciudadanos promovemos una cultura política que encuentre su apoyo en la legalidad, el futuro de la democracia mexicana encontrará

sustento.

Reconocemos que el sistema electoral mexicano es imperfecto, pero las exigencias e inconformidades deben realizarse por la vía institucional.

Nos oponemos a la descalificación entre los actores y a quienes promuevan la movilización social para violentar los procesos electorales, buscando negociaciones para obtener lo que el voto ciudadano les negó.

Rechazamos las conductas políticas que conciban a la democracia sólo como la satisfacción de demandas propias.

Denunciaremos a los actores políticos que promuevan la confrontación entre la sociedad y las instituciones.

Los procesos electorales, que comienzan con las campañas políticas y concluyen con las jornadas electorales, son grandes expresiones democráticas; es muy importante que los candidatos y sus partidos expresen propuestas realistas y nos digan el qué y el cómo de lo que proponen, al igual que reafirmen su convicción de respetar el Estado de Derecho y de sujetarse a la definición de la voluntad electoral.

La madurez democrática se evalúa por la fortaleza de sus instituciones, por el sometimiento de todos a la ley, ante la cual todos somos iguales.

La democracia requiere de ciudadanos responsables e informados, que participen en los procesos electorales y que sumen su esfuerzo para el desarrollo y consolidación de la misma.